La importancia de identificar y poner en valor las «Tareas no tareas»
Tareas como limpieza y mantenimiento de las instalaciones, organización y preparación de productos auxiliares (cajas y otros materiales de embalaje, materias primas auxiliares, etc.) son fundamentales para que la productividad de las tareas principales del flujo de mercancías esté al máximo nivel. ¿Te imaginas que cuando un coche de fórmula 1 entra en boxes alguien hubiera olvidado el atornillador, o el elevador? ¡¡Sería una catástrofe!!
Por esto es fundamental considerar una necesidad la realización de éstas tareas de forma integrada en las jornadas del personal afectado, venciendo su propia percepción de que no hacen un trabajo “productivo”.
En Brildor hemos dedicado una buena parte de nuestro tiempo en identificar estas tareas para después implantar metodologías y momentos concretos en los que realizarlas para que sean óptimas, y las tareas fundamentales no paren y sean realmente productivas. Hemos implantado las 5S para orden y limpieza, momentos específicos para la reposición de cajas y material de embalaje, picado de cartón para relleno de embalajes, mantenimiento preventivo de maquinaria e instalaciones, etc. El incremento de productividad es notable, y la satisfacción y orgullo del propio personal (que inicialmente no creía demasiado en dicha mejora) también.
En resumen, aunque las tareas auxiliares pueden parecer menores, son de vital importancia para la mejora de la productividad en un almacén. La atención y el cuidado que se les dedique pueden marcar la diferencia entre un almacén bien organizado y seguro, y uno caótico y peligroso. Por lo tanto, es importante reconocer y valorar el papel de estas tareas en el éxito del negocio y dedicar los recursos y momentos necesarios para llevarlas a cabo de manera adecuada.
¿Y tú, consideras estas tareas dentro de la organización del trabajo o las haces cuando encuentras “huecos”?